El Otoño nos invita a conectar con esta cualidad de Soltar conscientemente, de despojarnos, de fluir con el cambio.
Bien sabemos que para la mayoría de nosotros no es algo fácil, aunque si muy necesario. Claro que como todo en la vida, se puede aprender.
Si nos detenemos a contemplar los arboles, podremos observar que no sueltan las hojas de forma brusca, o rápida; sino más bien van cambiando poco a poco su color para luego soltarlas una a una, suavemente, con fluidez. Es un soltar natural, sin ataduras, respetando el ciclo de la vida.
Eso que ya no le sirve al árbol, ahora le sirve a la tierra nutriendola, a los insectos para sus hogares y a los niños para jugar. Los árboles nos enseñan que es momento de llevar la energía hacia adentro y de desprendernos de aquello que ha cumplido su ciclo.
El Soltar muchas veces nos enfrenta con el miedo, por eso el Otoño nos invita también a conectarnos con la fé, con la confianza, con Sraddha -diríamosdesdeelYoga- y cierta fuerza interna para superar estos miedos y permitirnos Soltar.
El Otoño es un buen momento para ir hacia adentro, revisar y sentir qué tenemos que Soltar y con qué quedarnos para hibernar durante el Invierno.
Quizás sea buena idea mirar nuestro placard, nuestra cocina, bibliotecas y cajones con la intensión de tomarnos un momento para despojarnos de lo que ya no es necesario. También revisar nuestras Creencias, Hábitos, Relaciones y más, a fin de entender que debe ser soltado. Siempre recordando que ese Soltar debe ser consciente, hoja a hoja, respetando los tiempos, con fluidez y gratitud.
