La práctica espiritual más grande (para mi) es la vida misma, no me quedan dudas.
Es poder sostener en armonía la vida cómo es, es BUSCAR día a día el equilibrio y la consciencia en nuestra vida.
Es llevar todo lo trabajado en la práctica que hacemos sobre el Mat (ya sea con asanas, respirando, meditando, ritualizando etc) a la vida misma.
Esto es sobre el permitirse sentir y quizás acompañar en otros (sobre todo si hay hijos) un mar de emociones y aprender de ellas, claro;
Aceptar y disfrutar de lo qué hay hoy,
reflexionar sobre cómo ser mejor persona y trabajar en ello,
aprender de los espejos que se nos presentan,
llevar a la práctica diaria nuestros valores más grandes
y a la vez tener la humildad y compasión de decir “estoy aprendiendo, es una práctica diaria”,
el prácticar tenerse flexibilidad interna, paciencia y amor propio.
Hoy mi vida me lleva a transitar la maternidad de un bebé y una niña, el expandir mi familia.
Hoy mi práctica personal es buscar transitar esto con equilibrio, disfrute, consciencia y abierta a las enseñanzas.
Recordándome también todos los días que “no hay mamás perfectas, ni familias perfectas” todos estamos aprendiendo y todos en la familia son nuestros “maestros”. (maestros porque consciente o inconscientemente nos llevan a trabajar sobre nuestros temas más importantes.)
Agradecida de este momento tan sagrado que es maternar niños pequeños y de aprender de esta tarea.
La práctica espiritual más grande (para mi) es la vida misma, no me quedan dudas.
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