Entrevista a Krishnamacharya

Entrevista a Krishnamacharya

El profesor Shri T. Krishnamacharya ha aceptado- responder a una serie de ocho preguntas que le hemos formulado para los lectores de Viniyoga. En este número os presentamos la interviú junto con la respuesta del profesor a la primera pregunta y, además, la lista de las siete preguntas restantes cuy

Entrevista a Krishnamacharya

El profesor Shri T. Krishnamacharya ha aceptado- responder a una serie de ocho preguntas que le hemos formulado para los lectores de Viniyoga. En este número os presentamos la interviú junto con la respuesta del profesor a la primera pregunta y, además, la lista de las siete preguntas restantes cuyas respuestas se publicarán más adelante.

 

La interviú

El hecho que Shri T.K.V. Desikachar me propusiera preparar para Viniyoga una interviú con el profe­sor T.Krishnamacharya, me alegró y me halagó, pero  la vez, debo confesarlo, me sentí en un aprieto.

 

A pesar de ser discípulo de Desikachar, muy pocos contactos había tenido hasta entonces con su padre.

 

Como ocurre a la mayoría de hindúes y occidentales que se acercan a Krishnamacharya, a mí también me impresiona su esplendor particular y su fuerte personalidad de yogui casi centena2io.      .

 

Como la mayor parte de mis amigos que acuden a la casa de Desikachar para lecciones de yoga, he teni­do ocasión de observar discretamente a su padre cuando éste se pasea con paso lento por el jardín. La sensación de energía que produce ese hombre tan anciano resulta fascinante. Los años pasan; él, sin embargo, no cambia.

 

Cuando el día fijado para la entrevista me encontré cara a cara con Krishnamacharya y con las ocho preguntas que yo había preparado como un alumno modelo, me pregunté si él iba a tomar todo eso en serio. Pronto desapareció mi inquietud. Krishnama­charya fue respondiendo a cada pregunta con extre­ma gentileza y sin abandonar en ningún momento esa actitud enérgica que impone respeto.

 

Empezamos la entrevista a las once de la mañana. Durante la primera hora contestó a tres o cuatro preguntas. Después de una interrupción, seguimos por la tarde. Durante dos horas más Krishnama­charya respondió a la segunda parte del cuestionario.

 

Citaba constantemente de memoria pasajes de textos antiguos, que comentaba profusamente con impre­sionante vitalidad. Al contestar a la última pregunta, de ello da fe la grabación, el tono de su voz había todavía ganado fuerza.

 

Evidentemente, yo no podía entender directamente las palabras  de Krishnamacharya, pues respondió siempre en Tamul. Sin embargo, aquel día com­prendí otras cosas, sobre todos los posibles efectos de una vida consagrada al yoga. Quisiera agradecer a Desikachar el haberme propues­to realizar esta entrevista, que quedará grabada en mi memoria. Quisiera agradecerle asimismo el haber traducido las respuestas, y agradecer finalmente a Mohán, profesor del Krishnamacharya Yoga Mandi-ram, el haber recogido pacientemente toda la graba­ción, haciendo de ella una trascripción clara en inglés. A Francois Lorin debemos la traducción del texto inglés de Mohán.

 

Es fácil darse cuenta de que una interviú como ésta requiere, en ambos sentidos, un cúmulo de traduc­ciones, de interpretaciones e, inevitablemente, de simplificaciones. Por consiguiente, se corre el ries­go de no reflejar a la perfección el mensaje de Shri T. Krishnamacharya. Le pido me excuse, al tiempo que le agradezco el privilegio que me ha con­cedido de esta entrevista.

Claude Maréchal

 

 

 Primera pregunta

 

¿Me permite pedirle unas palabras acerca de sus estudios?

 

¿Cuáles han sido los motivos que lo impulsaron a estudiar?

 

¿Cuál fue el método de enseñanza utilizado por su maestro?

 

¿Cuál fue el contenido de esos estudios?

 

Respuesta

 

Usted me pregunta sobre "mis" estudios. La tradición de la India considera el cuerpo, el espíritu y el yo como distintos entre sí, Mi cu%rpo, mis órganos de los sentidos, mi casa, mis estudios son expresiones que indican que el "yo" es distinto de cada una de estas actividades o de estos objetos, Carece de fun­damento, pues, hablar de "mis" estudias. El término sánscrito que equivale al de ''estudios" es vidya (1) o también vidya abhyâsa (1),

 

Vidya significa luz, conocimiento junto con la idea de ligereza, según elpatanjala mahabhashya (2).

 

 

 

¿Cuál es el objetivo del estudio?

 

De la misma forma que usted se sirve de la luz para ahuyentar las tinieblas, de idéntica forma vidya abhyâsa, la práctica de vidya, contribuye a eliminar la oscuridad y el entumecimiento y a procurar, por consiguiente, la claridad.

 

Antiguamente, el vidya abhyâsa empezaba por lo general a la edad de cinco años. Iba asociado con la práctica de ciertos rituales destinados a purificar el organismo y prepararlo para el vidya abhyása. Después de esto se mandaba al estudiante junto a un maestro para que viviera con él, aprendiendo de este modo con su ayuda los medios que podrían ayudarlo a cambiar. Los vedas daban instrucciones similares. En resumen, el vidya abhyása constituye la eliminación a la vez de avidyâ (3) y de las enfermedades.

 

Puesto que el cuerpo es susceptible de convertirse en presa de la enfermedad, el vidya abhyâsa debería ayudar al individuo no sólo a curarse de los desórdenes ya existentes, sino también a prevenir posibles enfermedades en el futuro. Este es el objetivo del estudio.

 

El vidya abhyâsa es un proceso de larga duración. Según los vedas y otros textos importantes, se requiere un tiempo de al menos 12 años.

 

Gracias al vidya abyâsa, el cuerpo entero y los órganos de los sentidos se vuelven puros y limpios y la persona alcanza un estado de contento y paz perdurable.

 

Me parece que tiene usted la respuesta a la primera parte de su  pregunta. El objetivo de vidya abhyâsa es eliminar la enfermedad. Nada hay mejor que este tipo de vidya abhyása superior para conseguir el conocimiento justo, una larga vida y la ausencia de enfermedades.

 

Mi padre me hablaba de buscar y alcanzar todo eso. El mismo me inició en ese estudio y a continuación me mandó a mi gurú.

 

Según las enseñanzas y el punto de vista de los tiem­pos antiguos acerca de los estudios, éstos no debían llevarse a cabo con el fin de ganar dinero. Dios nos ha dado los medios necesarios para ganarnos la vida, de modo semejante a como cuida que la leche apa­rezca en el momento en que la madre da a luz a su hijo. Por tanto, el estudio no debe utilizarse como un medio para hacer dinero.

 

Si el estudiante da algo de corazón, no considerándolo como honorarios, entonces se puede aceptar. Esencialmente el estudio sirve para hacer desapare­cer nuestras dudas.

 

El método de enseñanza

 

Cuando cumplí los cinco años, mi padre empezó a enseñarme el alfabeto sánscrito. Me hacía repetir las letras después de él y se cercioraba que yo lo hiciera correctamente. Entonces no era como ahora, que el profesor escribe en la pizarra y el alumno debe leer por sí mismo. La enseñanza era oral. El discípulo tenía que poder recitar correctamente todo lo que había aprendido.

 

Después de enseñarme las 54 letras, vocales o con­sonantes, me enseñó también las variaciones de los mâtras (4) de las letras, es decir, sus formas breves, largas y aumentadas.

 

Yo debía repetirlas y recitarlas todas, teniendo en cuenta el timbre, la duración y la postura: sentado, de pie o andando, pero jamás echado. Cuando él caminaba, yo tenía que caminar también recitando. Cuando él se sentaba en una postura particular, yo debía hacer lo mismo.

 

Mi padre insistía siempre con que este estudio no debía hacerse echado. A veces se ponía a caminar y yo tenía que seguirlo, repitiendo o recitando con él.

 

Cuando se daba cuenta de que yo tenía dificulta­des para recitar en ciertas posturas, buscaba la causa e intentaba eliminarla con la ayuda de un tra­tamiento apropiado. Recibí este género  ele enseñan­za no sólo para el alfabeto sino también para los vedas.

 

Debí recitar, por ejemplo, largos pasajes del taitirya samhita (5) en una sola respiración.

 

Mi padre insistía siempre que no se debe simple­mente leer para estudiar, sino que hay que recitar lo que uno lee. La primera forma de estudiar, en efec­to, no puede ayudar a eliminar el entumecimiento o la oscuridad; al contrarío, no hará sino acrecentar­los. Tampoco permite eliminar la enfermedad. Todo lo cual no va en el sentido del vidya abhyása, cuyo objetivo principal es eliminar la enfermedad y vivir de modo sano. Mi padre decía siempre que quien realiza sus estudios de una manera correcta no pade­cerá enfermedad alguna.

 

El contenido de los estudios

 

El estudio no tiene ni forma ni límites. En mi épo­ca de estudiante, no existían los estudios especiali­zados, como son hoy los estudios de ingeniero, la física, la química, etc... Mi maestro no se cansaba de repetir que el estudio debe ser de tal naturaleza que ayude a disminuir la oscuridad y el entumeci­miento del alumno gracias a una adaptación apropia­da que, tome en cuenta sus características persona­les.

 

Notas del traductor

 

(1)  Vidya.- Raíz vernal VID: conocer, saber.

 

El conocimiento en lo que tiene de total e inmediato.

 

Vidya abhasa.- La práctica que conduce al conocimiento.

 

(2)     Pantajala mahabhâshyâ.- El comentario de Patanjali de la suma gramatical de Pániní.

 

(3)     Avidyâ.- Lo contrario ("a" privativo) de Vidya no es la ignoran­cia, sino más bien un viparyaya, un conocimiento erró­neo o engañoso que se aleja de lo real y arrastra al enca­denamiento: actos incompletos que nos producen el su­frimiento.

 

(4)     Mâtra.- Cada letra sánscrita puede ser: débil (ej. a), fuerte (ej. â) o bien aumentada (ej. au), aumento de o. Además, cada consonante puede pronunciarse con estas distin­tas vocales al final (ej. Ka - Kâ - Kau, etc.).

 

(5)     Taithyria samhita.-   Pasaje del veda.

 

 

 

Relación de las siete restantes preguntas hechas a T. Krishnamacharya

 

Pregunta n. 2

 

En su enseñanza sobre asana se encuentran dos ideas importantes y originales: en primer lugar el con­cepto del vinyâsa y luego el del prati-kriya-âsana.

 

¿Me permite pedirle que nos hable un poco de esto?

 

Pregunta n. 3

 

Aparte de su método de enseñanza, tanto en Occi­dente como incluso en la India, se puede constatar que asana y prânâyâma se enseñan las más de las veces como dos entidades netamente separadas. Para usted, en cambio, la respiración durante la ejecu­ción de las posturas juega un papel en extremo im­portante.

 

Querría aclararnos:

 

¿Por qué no existe en la mayoría de los demás métodos este respeto particular?

 

¿Por qué, según usted, esa respiración tan larga y suave tiene semejante importancia?

 

Finalmente, ¿cómo lo descubrió?

 

Pregunta n. 4

 

Usted ha establecido una estrecha relación entre la práctica del yoga y la medicina ayurvédica y en este campo su contribución ha revestido particular im­portancia.

 

¿Puede usted darnos algunas explicaciones al res­pecto?

 

Pregunta n. 5

 

Se dice que usted rechaza el uso de ciertas técnicas de purificación que se encuentran descritas en anti­guos tratados de yoga.

 

¿Puede decirnos exactamente qué hay de eso?

 

Pregunta n. 6

 

Su presentación del yoga se basa sobre un cierto número de textos fundamentales. Entre todos ellos, el de Nâthamuni, el yogarahasya, parece jugar el papel más importante.

 

¿Puede usted decirnos algunas palabras sobre este tema?

 

Pregunta n. 7

 

En un libro suyo reciente, su hijo T.K.V. Desikachar nos presenta una síntesis de la enseñanza de usted del yoga-sûtra. Dicha presentación ha produ­cido gran impresión en numerosos lectores occiden­tales, debido al lugar central asignado a la devoción, lo cual, según su interpretación, parece ser lo esen­cial del mensaje de Patañjali.

 

En la actualidad, para muchas personas del Occi­dente existe a este respecto una gran cuestión, que me gustaría formular bajo la forma de una doble pregunta.

 

¿Es realmente imposible conseguir buenos resul­tados en la disciplina del yoga sin la fe en Dios?

 

- O bien, con otras palabras, ¿para alcanzar el más alto nivel del yoga existen otros medios además de la bhakti?

 

Pregunta n. 8

 

Su experiencia del yoga es muy grande, Hace tiem­po, usted hizo un estudio muy profundo del yoga se­gún el sistema tradicional de los antiguos. Ahora bien, usted puede observar tos habitantes de la India y ver quiénes son, cómo viven) y qué es lo que bus­can. Sin duda, usted tiene también alguna opinión sobre los occidentales. ¿Me permite, a este res­pecto, ponerle una ultima pregunta?

 

- ¿Cuál es su esperanza para el futuro? Más exac­tamente, ¿cuál es su esperanza respecto a una posi­ble aplicación del yoga en el futuro y, según usted, cuál podría ser el resultado.

 

  Publicado en la REVISTA VINIYOGA nº 0 

El profesor Shri T. Krishnamacharya ha aceptado- responder a una serie de ocho preguntas que le hemos formulado para los lectores de Viniyoga. En este número os presentamos la interviú junto con la respuesta del profesor a la primera pregunta y, además, la lista de las siete preguntas restantes cuy

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