Desde hace tiempo que vengo conectando con la manzanilla. Es otra de mis grandes aliadas, de mis grandes sanadoras.
La conexión con ella fue creciendo entre infusiones, baños herbales, oleatos, meditaciones, ceremonias y otras prácticas de conexión profundas.
Y un día ella me respondió amorosamente brotando en mi jardín.
No entienden la alegría inmensa, la emoción que me dio.
Pero ojo, la conexión NO es “usar” las plantas sino más bien es aprender a vincularse con ellas, comunicarse con ellas, honrarlas.
Entender que son seres super evolucionados y amorosos, tanto que comparten su medicina desinteresadamente con el mundo.
Hay mucho que no se si se puede explicar con palabras, porque se trata de un sentir sutil y profundo.
Esto no se puede aprender de forma teórica, sino vivencial, práctica, relacionándose con la naturaleza.
Pero les puedo asegurar que todos pueden conectarse profundamente con la naturaleza si así lo desean.
Y a quien no sabe como hacerlo, lo invito a realizar prácticas de conexión con la naturaleza para así aprender a vincularse con ella desde el amor, con presencia y escucha profunda.
La conexión puede ser con las plantas, con el agua, el sol, el viento, la luna y así podríamos seguir.
¿Vos estas conectando con tus plantas Alidas?