Que lindo suena, pero que difícil es hacerlo, ¿no?
Sin embargo, es un camino que estoy eligiendo.
Aprender a amar mis sombras y también mis luces (porque esas también cuestan).
¿Soles caer en momentos de crítica interna o de sentir que no sos suficiente?
¿Y momentos en donde no podes reconocer tus talentos y dones?
A mi también me pasa cada tanto.
Luego, recuerdo que ésto es algo habitual en todos nosotros, en algunos más, en otros menos, y que el camino es trabajar el AMOR PROPIO.
ÁMATE DE LUZ A SOMBRA.
Ojo, no digo que te quedes ahí en la oscuridad. Sino simplemente que no te juzgues por esa parte tuya.
Que la mires y puedas aprender de ella.
Que la integres.
Que le envíes amor.
Y recordá que siempre, hasta luego de la noche más oscura sale un sol lleno de fuerza y luz.
El amor propio es un camino, una práctica diaria.
Hay momentos donde saldrá más fácil y otros donde todo será nubloso y oscuro.
En esos momentos es donde más necesitamos volver a practicar, a tener algún ejercicio de autocuidado consciente, de amor propio.
Recordá amarte,
de luz a sombra.
En tus momentos más difíciles, y en los más alegres.
En tus conflictos, y en la calma.
En tus derrotas, y en tus victorias.
En tus oscuridades, y en tus dones.
Ámate de luz a sombra.
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